Monday, August 6, 2007

Can I Handle This?/¿Soy Bastante Fuerte?

In English:
The heart-wrenching experience of facing the death of a loved one teaches us many lessons. Facing such a crisis makes us aware that our preparation for it came before it ever happened.

Your strength is small if you faint in the day of distress," (Pro. 24:10). Crisis situations test our strength. Personal weakness means weakness facing the crisis.

We must grow in strength ahead of a crisis. We can´t stop the crisis and say, “Stop! I´m going to get stronger first.” A crisis often comes unexpectedly, not allowing us to instantly improve our strength level in order to handle it.

Jesus gives us a resource for growing strong, which means strength for facing a crisis. Psalm 1, in the Bible, describes the strong person to be “. . . like a tree firmly planted by streams of water, ..."

Personal strength grows by obeying, delighting in and meditating on the Bible. “How blessed is the man who does not walk in the counsel of the wicked, nor stand in the path of sinners, nor sit in the seat of scoffers! But his delight is in the law of the LORD, and in His law he meditates day and night,” (Psalm 1:1-2).

We grow slowly and steadily, as we take in nourishment. Growth does not happen instantly. Little by little, largely unaware of our increasing strength, we grow. Like the tree, we become “firmly planted,” (Psalm 1:3). When the storm comes, our roots, like those of the tree, are deep and strong.

The unexpectedness of a crisis takes us just as we are. This warns us to be prepared. When Richard died, my house gradually filled with people who came to accompany me. I could not say, "Don´t come in. First, I must clean the house, get everything in order, and then you can come in.” Everyone found my house just as it was that evening -- clean or dirty, messy or orderly. I am as I am when the unexpected hits me.

A crisis reveals our condition. Instant strength doesn´t come with a massive dose of injected nutrients for facing the difficult. We become strong as we take God´s Word into our life – constantly, delightfully, obediently. The roots that have gone deep into God´s Word, will give us unexpected strength that we never knew was ours for facing a crisis.

Get prepared. Be strong.

En español:

El trauma doloroso de pasar por la muerte de un ser querido nos enseña muchas cosas. Enfrentarnos a una crisis nos hace ver que estar preparado para ella empieza mucho antes de experimentarla.

Nuestra abílidad de soportar lo difícil está probada a través de una crisis. "Si eres débil en día angustia, tu fuerza es limitada," (Pro. 24:10). Debilidad interior significa una debilidad para enfrentar la crisis.

Es más. En el momento de atravesar la crisis, no podemos detener los acontecimientos y decir, "¡Para! Voy a crecer y ser más fuerte antes de tener que pasar por esto." No, una crisis suele venir sin avisarnos, no permitiéndonos mejorar instantáneamente nuestro aguante para poder enfrentarla.

Pero podemos crecer en fuerza interior para poder soportar lo difícil antes de que una crisis nos llegue. El Señor Jesucristo nos da un recurso para poder crecer interiormente, lo cual significa aguante para soportar una crisis. El Salmo 1 en la Biblia, describe esta persona ". . . como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua . . ."

El aguante y la abílidad de soportar lo difícil crece por obedecer, deleitarnos, y meditar en la Biblia. "¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!" (Salmo 1:1-2).

Crecemos paulatina y progresivamente, mientras tomemos la comida nutritiva de la Palabra de Dios. No ocurre de un momento a otro. Poco a poco crecemos, muchas veces sin darnos cuenta de ello. Como el árbol, llegamos a ser "firmemente plantados," (Salmo 1:3). Cuando la tormenta se nos caiga encima, nuestras raíces, como las del árbol, se encuentran profundas y fuertes - no por nuestra fuerza personal, sino por donde están arraigadas.

La tormenta de una crisis suele venir repentinamente, encontrándonos como somos. Es una advertencia para estar preparados cuando llega. Cuando murió mi marido, mi casa se llenó de gente que llegaron para acompañarme. No les pude decir, "¡No entrad! ¡Tengo que limpiar y poner en orden la casa primero!" No. Todo el mundo entró en mi casa esa tarde sin que yo la limpiara primero. La encontraron como estaba. E igual soy yo cuando a una crisis inesperada me enfrento.

Una crisis nos enseña algo acerca de nuestra condición interior. No podemos en esos momentos difíciles recibir una inyección masiva de vitaminas para aumentar nuestra fuerza para poder sostenernos. Al contrario poco a poco crecemos por nuestra respuesta frente a la Biblia -- tomándola en cuenta día y noche, con deleite, con obediencia. Si nuestras raíces se profundizan de esta forma en la Palabra de Dios, tendremos la fuerza que nunca esperábamos tener para enfrentar las circunstancias difíciles que nos puedan llegar.

Estate preparado. Sé fuerte.

No comments: