Wednesday, October 10, 2007

Prayer / Oración


In English:
Among my fondest memories of being with Richard, are the weekly Wednesdays during the second year before he died.

On Wednesdays of that year we would head off in the car down a country road, and spend the day outdoors -- praying.

Richard directed this time together. After commenting on the marvels of the location we had found, he would say, "Why don´t we start this morning thanking the Lord?" He would pray, and then I would, and back and forth, until we had thanked the Lord for most of the ordinary things we could think of.

Richard would transition to one topic and then another, and also suggested breaks for time alone.

The days of prayer were not relaxing days, to simply soak in the sun, or gaze at the scenery. Discipline was needed and I learned to not let my mind wander. Listening to Richard pray made me realize that he had not forgotten our personal concerns, or those of his family, church and community.

The best came at the end of the day. With a hymn book in our hands, we would worship the Lord together. During those moments, I looked intimately into Richard´s heart. He voiced treasures which only come after all other concerns of the heart have been expressed.

Richard´s death left a huge void in my prayer lfie. I felt crippled as I found no one to take his place. Hobbled and needy, I turned to the Bible and read the Psalms, using their words to express the depths of my heart. However, my intimate prayer partner was gone.

We had not always enjoyed such intimate communion together. During twenty years of marriage we felt dissatisfied about our prayer life together as a married couple.

One day, without the other knowing it, the Lord made us individually realize that our superficial, short, tired prayer review at the close of each day had to change. As we shared our thoughts and kneeled in prayer to confess our failure, we asked for God´s grace to change.

For the following thirteen years we grew in prayer together. Our communication deepened, and frustrations melted away when Richard and I carried our cares before the Lord -- together.

Gradually my secret chambers were shared with Richard in prayer. He knew my heart intimately, and I knew his. Barriers disappeared as prayer produced deep intimacy between us.

The shocking emptiness of my prayer life after Richard´s death deeply disheartened me. The God of all compassion became intensely real as I groped for what I no longer had. I sensed the Lord´s understanding about the shortness and silence as emptiness filled the hallowed corners of my prayer life.

All earthly gifts are temporal -- even the human companionship of intimate prayer. However, God, in unlimited mercy and generoisty, always invites us to enjoy deep intimacy with Him. Will the Lord Himself be enough, or will I like Adam walking in the garden, always feel the lack?

"Abide with me -- fast falls the eventide!
The darkness deepens -- Lord, with me abide;
When other helpers fail and comforts flee,
Help of the helpless, O abide with me!

Hold Thou Thy cross before my closing eyes,
Shine through the gloom and point me to the skies;
Heaven´s morning breaks and earth´s vain shadows flee--
In life, in death, O Lord, abide with me!

--Henry F. Lyte, "Abide With Me."

En español:
Entre mis recuerdos favoritos de Ricardo son los recuerdos de cada miércoles del penúltimo año antes de su muerte. Cada miércoles de ese año fuimos en el coche a un sitio distinto, a pasar el día en el campo -- orando.

Ricardo tomó la responsabilidad para esos días. Empezaba el día diciendo, "¿Porqué no empezamos esta mañana dando gracias al Señor?" Él oró primero, y después yo. Seguíamos este modelo hasta que habíamos dado las gracias al Señor por todas las cosas que nos venían a la mente.

Entonces Ricardo cambiaba a otro tema en oración, y después a otro. A veces sugería que tuviéramos ratos a solas para orar también.

Esos días de oración (no eran días relajantes para tomar al soy y contemplar el paisaje), necesitábamos disciplina y aprendí a no dejar a mi mente vagar. Cuando escuchaba a Ricardo orar me di cuenta que él no se había olvidado de nuestras necesidades personales, ni tampoco de las de su familia, iglesia o entorno.

El mejor momento del día de oración vino al final. Con un himnario en nuestras manos, adorábamos al Señor juntos. Fue en esos momentos cuando podía contemplar con profundidad el corazón de mi marido. Expresaba tesoros que solamente se exponen cuando todas las preocupaciones del corazón han sido quitados de en medio.

Su muerte dejó un vacío enorme en mi vida de oración. Me sentía lisiada y no encontraba a nadie para llenar el hueco dejado por Ricardo. Sintiéndome coja y necesitada, leí la Biblia usando las palabras de Los Salmos para expresar lo hondo de mi corazón. Sin embargo, agonizaba por mi compañero íntimo de oración.

No siempre habíamos disfrutado de tanta comunión juntos. Durante veinte años de matrimonio nos sentimos insatisfechos acerca de nuestra vida de oración juntos.

Un día, sin que el otro lo supiera, el Señor nos hizo reconocer individualmente que nuestro corto y cansado repaso superficial en oración al final del día debía de cambiar. Sentados y hablando, Ricardo y yo de nuestros pensamientos, nos dimos cuenta de nuestra flaqueza. Después, arrodillados en oración para confesarlo, pedimos la gracia de Dios para cambiarlo.

Durante los próximos trece años crecíamos juntos a través de la oración. Nuestra comunión crecía, y las frustraciones se derretía cuando Ricardo y yo llevábamos nuestras preocupaciones delante del Señor.

Poco a poco los aposentos privados de mi mente fueron abiertos delante de Ricardo en oración. Él conocía mi corazón íntimamente, igual que yo conocía lo suyo. Las barreras desaparecieron porque la oración produjo entre nosotros una intimidad profunda.

La gran pérdida en mi vida de oración después de su muerte me dolía profundamente. El Dios de toda compasión me sostenía mientras anhelaba lo que ya no tenía. Palpaba el amor del Señor cuando la brevedad y el silencio llenaban los huecos vacíos de oración en mi vida.

Todos los regalos terrenales son temporales -- aún el compañerismo humano en oración. Sin embargo, Dios, con Su misericordia y generosidad sin limite, siempre nos invita a disfrutar de la intimidad con Él. ¿Será bastante? ¿O seré yo como Adán andando en el huerto de Edén, siempre consciente de la falta?

El Nuevo Testamento:
Hebreos 4:14-16
Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que trascendió los cielos, Jesús, el HIjo de Dios,
retengamos nuestra fe.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas,
sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros,
pero sin pecado.
Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia
para que recibamos misericordia,
y hallemos gracia para la ayuda oportuna.


6 comments:

Calín said...

He is praying with the Lord now! in a perfect place, without sadness, without evil, just with God and His glory. Now He's at your side in this battle and you're are fighting with His strenght. "No man will be able to stand before you all the days of your life. Just as I have been with Moses, I will be with you; I will not fail you or forsake you (Joshua 1:5)"

[sorry for my english, i speak spanish =)]
Blessings.

Anonymous said...

Querida Connie, tus pensamientos me son muy estimados. Hoy he leido lo últimos sobre tu vida de oración con Ricardo. Tomaré nota. Hasta pronto. fmarin

antonia said...

tus comentarios me son muy estimados. he leido lo último sobre la oración. tamaré nota.

felipe said...

Muchas gracias Connie por compartir con nosotros todas estas vivencias tuyas, las cuales me sirven de ánimo y exhortación. Te animo a seguir escribiendo. Un abrazo de tu paisano y hermano

Isa said...

¡Qué preciosos relatos he leído! Muy ciertos y que me han fortalecido en mi vida.
Sigo viniendo en retrospectiva, porque me "enganchaste" Connie, y hasta aquí llegué de tu mano.
Gracias por todo lo que he aprendido como el cangrejo, pero no importa, el Señor me ha dado esta magnífica oportunidad de aprender llevada de tu mano.
De nuevo, gracias mi querida hermanita.
I love you so much.
Por cierto, me encanta eso que haces de poner en inglés y luego en español ¡bravo por ti! porque así practico leyendo mi inglés y corroboro en español y la verdad, como soy de habla hispana ¡lo disfruto mas!.
God bless you.

Alicia said...

Connie Querida, me alegra encontrate, cuanta riqueza trae el sufrimiento y la soledad cuando tenemos a Jesús en nuestro corazón