Wednesday, December 26, 2007

Guidance (Part One) / La guía de Dios (Primera parte)

In English:
Life transitions through stages, and now I had started a new one – the widow’s walk.
During the first year the sense of the Lord’s presence confirmed what my heart told me: “When we know that we can trust GOD, we can accept with confidence what He is doing through our pain.”

Entering the second year of this new walk, my adrenalin weakened, and a disenchanted plain of life stretched endlessly ahead of me. Solitary obscurity hid me further away from people, and now, I felt, even from God. “God is ignoring me,” I inwardly whispered, “because I am insignificant and unproductive.”

Persistent curiosity and concern provoked friends and acquaintances to ask me the same questions hundreds of times: “Are you going to move? Where are you going to go? What are you going to do?” My restlessness and lack of answers invited admonitions and exhortations offering solutions to those questions. I begged God for His answers, and heard nothing.

Even though at first I trembled like a bird clutching to a wire in a turbulent storm, my anguish of soul gradually built a conviction within me until I could hold on firmly to that wire without shaking. God taught me that I could trust Him without doubt. Even without answers, I could rest in the peace of God’s care. The confident trust in God’s guidance did not come easily, but through the following lessons.

1. The plans made by human common sense do not necessarily indicate God’s best plan for us.

Following my husband’s death, advisers confidently instructed me to move to another location. Doubting and searching for solutions, I decided to follow their advice. I tried to move, but each time God silently blocked me in. Job 19:8 described my feelings, “He has blocked my way so I cannot move. He has plunged my path into darkness.” Even though I felt frustrated and disappointed by my attempts to move, God used circumstances to stop me. Continuing to live where I was made little common sense, except to God.

2. God’s silence probably means “no.”

I begged God for answers. He answered with silence. After struggling for three years, I realized God was saying, “No.” I learned that God’s silence does not necessarily mean freedom to choose what we think is best. Thankfully, God mercifully rescued me from my mistaken decisions and taught me to restfully wait. “No” was the best answer.

Why are we often confused over guidance? Why is it hard to know God’s will? After floundering for three years, peace finally settled into my soul, and I knew that God would guide me. I plan to share more in my next blog entry.


En español:
La vida transcurre por etapas, y ahora había comenzado una nueva – el sendero de una viuda. Durante el primer año la presencia de Dios en mi vida confirmaba lo que mi corazón me decía: “Cuando sabemos que podemos confiar en DIOS, podemos aceptar con confianza lo que Él está haciendo a través de nuestro dolor.”

Al entrar en el segundo año de esta etapa, parecía que la adrenalina de mi cuerpo se debilitaba, y el desencanto llenaba la perspectiva de mi vida. Me sentía aislada y a solas, y empecé a sentir lo mismo hasta en mi relación con Dios. “Dios me ignora,” me susurraba a mi misma, “porque soy insignificante y produzco poco.”

Provocados por curiosidad y preocupación, mis amigos y conocidos me repetían las mismas preguntas centenares de veces: “¿Te vas a mudar? ¿Dónde vas a ir? ¿Qué vas a hacer?” Mi nerviosismo e indecisión invitaban consejo tras consejo ofrecido con la intención de proveerme soluciones. Le rogaba las respuestas a Dios, y no le oía decir nada.

Al principio me sentía como un pajarito que tiembla mientras se agarra a un cable en una tormenta violenta, pero poco a poco mi angustia del alma me ayudó a crecer en firmeza hasta que pude agarrarme a ese cable sin temblar. Dios me enseñó que podía confiar en EL sin dudar. Aún sin respuestas, podía descansar en la paz del cuidado de Dios. La plena confianza en la guía de Dios no me vino con facilidad, sino a través de las siguientes lecciones:

1. Los planes que hacemos con nuestro sentido común no son necesariamente el mejor plan de Dios para nuestras vidas.

Después de la muerte de mi marido, algunos me aconsejaron repetidamente que me trasladara a otra localidad. Dudando y buscando soluciones, decidí seguir esos consejos. Intenté mudarme varias veces, pero cada vez mis intentos fueron bloqueados. El versículo en Job 19:8 describía mis sentimientos, “El ha amurallado mi camino y no puedo pasar, y ha puesto tinieblas en mis sendas”.

Aunque me sentía frustrada y desanimada por mis intentos fracasados de mudarme, Dios usó las circunstancias para pararme. Continuar viviendo en el mismo lugar no parecía algo tan lógico, pero para Dios sí que lo era.

2. Cuando parece que Dios no responde, es probable que la respuesta sea “no”.

Le rogaba a Dios que me respondiera. Me contestaba con silencio. Después de luchar por tres años, reconocí que Dios me estaba contestando con un “no.” Cuando Dios sólo responde con silencio, no significa la libertad automática de escoger según lo que mejor nos parezca. Doy gracias a Dios que me rescató de mis decisiones equivocadas y que me enseñó a esperar tranquilamente. “No” era la mejor respuesta.

¿Por qué tenemos tanta confusión sobre el tema de la guía de Dios? ¿Por qué es tan difícil comprender la voluntad de Dios? Después de tambalear por tres años, la paz por fin reposó en mi alma, y supe sin dudar que podía confiar en Dios para guiarme. Seguiré compartiendo las siguientes lecciones en la próxima entrada en mi blog.